Kanban, el set de herramientas visual de optimización del flujo de trabajo, por medio de estimaciones, ajustes en el “WIP”, establecimiento de políticas de desempeño, junto a la solución de cuellos de botella y limitaciones que afecten la culminación de un producto. Ha evolucionado de ser una parte del Lean thinking ideado por Toyota, hasta la práctica ágil que conocemos hoy en día.
Ya hemos hablado sobre las características que hacen de Kanban una potente herramienta, como su simpleza, transparencia y mejora continua.
De entrada, Kanban es una buena manera para que un equipo sin experiencia inicie en el entorno ágil y usado como complemento en otras prácticas ágiles, como por ejemplo SCRUM, cuya fusión es ampliamente conocida como SCRUMBAN, proporciona nuevas características que potencian los frameworks.
En SCRUM nos movemos según el Sprint, un ciclo de trabajo de duración de una hasta cuatro semanas, donde los equipos entregan avances o mejoras medibles de un producto. Si usamos este enfoque junto a Kanban, podemos añadir la visualización constante del flujo de trabajo durante el sprint por el uso del tablero, con esto obtenemos mayor eficiencia en el empleo del tiempo en cada fase de desarrollo de las tareas, cada una será tratada como un subsistema que pasará por las etapas necesarias para su finalización.
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Usualmente al iniciar cada sprint, realizamos el Sprint Planning Meeting, una reunión donde el equipo acuerda que partes del producto serán trabajadas en el ciclo, según las prioridades asignadas a cada tarea en el Product Backlog, al terminar el Sprint se tienen los entregables finalizados, sin embargo cuando aplicamos el enfoque del Flujo de Trabajo de kanban, la planificación se simplifica, podemos ir desde la planificación hasta el término del producto sin necesidad de tener todas las actividades en bloque a desarrollar, ya que todo el proceso puede realizarse por tareas individuales de manera continua, trabajando con las tareas según la mayor prioridad asignada en el backlog, todo esto siempre tomando en cuenta las reglas del Work In Progress establecidas previamente.
A medida que se acerca el final del Sprint, ya se han ido realizando entregables de manera constante, siempre respetando los términos de “finalizado” de cada tarea, antes de comenzar con la siguiente.
El enfoque en el flujo de trabajo, manteniendo siempre la atención en el valor del producto, hace los Sprints más eficientes, reduciendo notablemente los tiempos de entrega.
Siempre debemos recordar que Kanban aporta mejoras importantes a los procesos ágiles, pero como un complemento, mas no como sustituto, tal cual como lo tratamos en artículos anteriores en su principio más importante:
“Kanban es un sistema que te ayudará a tomar decisiones sobre tu trabajo, qué cosas debes cambiar o no para optimizar los procesos. Pero tu trabajo y cómo hacerlo es algo que solo conoces tu.”
El principio del Kanban es su mayor fortaleza, de por si esta práctica no contiene bases previas sobre los procesos a los que se va aplicar, su única función es estandarizarlos y hacerlos más eficientes, para finalizarlos y comenzar con el siguiente, cubriendo desde las tareas más sencillas a las más complejas.